En una época en la que el exceso de
información y su misma fragmentación son señales de identidad el uso del Visual
Thinking en el aula de nos proporciona a los docentes una fórmula válida con la
que integrar los conocimientos, ampliando en nuestro alumnado la capacidad de
síntesis y entrenándole para la organización y el aprendizaje de la gran
cantidad de información que a diario recibe.
El Visual Thinking es una herramienta que
puede utilizarse en cualquier nivel educativo. Si desde los cursos iniciales
enseñamos a los alumnos a organizar y hacer visible el pensamiento a
través de dibujos sencillos, y les mostramos las ventajas de representar de
forma visual la estructura global de la información que están recibiendo, les
estaremos ofreciendo un recurso flexible y muy útil a la hora realizar
presentaciones, coger apuntes, resolver problemas, planificar actividades, etc.
A la hora de plantear el uso del Visual
Thinking con alumnos de cursos superiores podemos proponer actividades más
complejas en las que se tengan que poner en práctica los aprendizajes
realizados hasta el momento. Así, tomar notas visuales de forma simultánea a la
recepción de la información o pedirles que realicen análisis de contenidos para
generar mapas visuales en los que organizar y dibujar los diferentes conceptos
serán ejercicios interesantes para integrar los aprendizajes. Para cualquier
estudiante, "traducir" visualmente cualquier información supone un
doble esfuerzo: por un lado, entender los conceptos y
representarlos en formato dibujo; por otro, descubrir la escultura global o
patrón que organiza la información y buscar una metáfora visual que lo
represente.
El Visual Thinking es, además, una herramienta que puede utilizarse en cualquier
área de estudio desde las matemáticas a la historia pasando por la lengua o la
tecnología. Para descubrir cómo abordar contenidos propios de áreas tan
distintas, podemos basarnos en la propuesta que Dan Roam, consultor norteamericano
experto en Visual Thinking, y utilizar seis preguntas clave para descubrir el
patrón organizativo que podemos utilizar para la representación global de los
mismos:
- Qué o quién para realizar descripciones, comparaciones por medio de cuadros descriptivos o árboles de características
- Cuánto para analizar contenidos relacionados con cantidades y que se expresan en forma de gráficos de barras o circulares.
- Dónde para trabajar con información relacionada con ubicaciones específicas o movimientos geográficos expresados en mapas o esquemas espaciales.
- Cuándo para desarrollar contenidos relacionados con momentos históricos o movimientos tempores utilizando para ello organizadores tipo línea de tiempo.
- Cómo para descubrir procesos o procedimientos y reflejarlos en una secuencia.
- Por qué para profundizar en conceptos o contenidos utilizando gráficos más complejos en los que intervienen las variables anteriormente mencionadas.
Si en algún momento, aún sin haberle dado ese nombre, has
utilizado el Visual Thinking como herramienta para aprender o lo que has leído
en este artículo te parece interesante y quieres saber algo más, no dudes en
acompañarnos a lo largo de las próximas seis semanas en MOOC ‘Visual
Thinking en educación’ una
propuesta de formación abierta, masiva y en línea que Clara Cordero y una servidora hemos creado para el Instituto Nacional de
Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado (INTEF).
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